¿Sabías que el terreno influye en la calidad del aceite de oliva virgen extra? Lo mismo sucede con el clima. Por este motivo, hoy os vamos a contar cómo influye el clima en el aceite de oliva, así como los factores más determinantes a la hora de cultivar este producto.
El oro verde o AOVE es un producto muy complejo que depende de muchos factores para tener ese sabor y aroma final tan característico. Algunas de estas causas pueden ser la variedad de oliva o aceituna usada, pero hay más cómo el clima o el terreno.
Hoy nos vamos a adentrar cómo estos factores, que a priori no parecen tan determinantes, son relevantes en el resultado y sabor de la cosecha.
¿Cómo influye el clima en el aceite de oliva?
La agricultura es un factor que depende en gran medida del clima. Un exceso de lluvia o de frío puede tener resultados negativos en una cosecha.
Da igual que cultivemos vino que aceite, la climatología es uno de los aspectos más importantes a tener en cuenta por los agricultores y productores locales.
Cuando hablamos de climatología no sólo nos referimos a las estaciones y el tiempo, también hablamos de cambio climático, de temperatura y de factores como el dióxido de carbono o CO2.
Curiosamente, el CO2 y la temperatura pueden ser el motivo de una mejora del rendimiento de algunos cultivos en determinados lugares.
El clima afecta a todos los componentes de la producción de cultivos desde la superficie del terreno a la intensidad o el rendimiento de la cosecha, entre otros factores. Algunas tierras de cultivo pueden beneficiarse del calentamiento, pero otras no.
En el caso del olivo necesita del calor para crecer y cultivarse correctamente. Los olivos prosperan con temperaturas que oscilan entre los 26 y 32 grados centígrados.
No en vano, se dan especialmente bien en zonas como Andalucía y Jaén donde es común el cultivo de secano.
Curiosamente, Jaén es la provincia productora de AOVE por excelencia. No en vano, en ella se cultiva hasta el 25 por ciento de la producción de AOVE de todo el mundo.
Lo que nos queda claro es que el olivo aguanta bien las altas temperaturas y el calor. Eso no quita que se de bien en zonas lluviosas como Galicia, Aragón o el Alt Penedès en Cataluña donde existen hasta 5 aceites que disponen de Denominación de Origen Protegida.
Mucha gente piensa que el olivar se da mal en estas regiones, cuando sucede al revés. Eso no quita que la elaboración de olivo sea más común en el sur de España y en zonas calurosas.
De hecho, los olivos crecen mejor en las zonas con inviernos suaves y veranos largos, cálidos y secos. Es decir, en zonas que tengan clima Mediterráneo.
Por algo será que el aceite se da en toda la zona que baña este mar.
¿El calor influye positivamente al aceite?
Los olivos son árboles centenarios que viven durante mucho tiempo. Esto se debe a que son bastante resistentes a los cambios climatológicos, especialmente, a la sequía y la falta de lluvia.
Por norma general, el olivar puede sobrevivir a impactos climáticos severos en comparación con otros tipos de árboles más sensibles.
Eso no quita que el calor y las sequías no afecten a los olivos. De hecho, a pesar de su gran resistencia, los olivos se enfrentan a la amenaza del cambio climático.
El calentamiento de la península, la zona del mar Mediterráneo que abarca parte del desierto del Sáhara reducirán aún más las precipitaciones en la zona durante los próximos años.
Calor sí, pero no demasiado
La creciente desertificación de la región dificultará el cultivo y el mantenimiento de los olivos, ya que necesitan un suelo fértil y un clima cálido, pero no excesivamente caliente.
Muchos estudios confirman la teoría de que el calor no es malo para el olivar, eso sí, siempre que no sea excesivo.
Según ciertos modelos e investigaciones se ha calculado que un aumento de la temperatura de 1,8 grados centígrados podría aumentar las cosechas de aceitunas hasta un 97 por ciento en todo el mundo.
Esta investigación también afirma que este incremento de la temperatura también debilitará la capacidad de la mosca del olivo para sobrevivir en la región mediterránea.
Esto que parece bueno a priori, en realidad no lo es tanto.
Esto se debe a que estos aumentos de temperatura corresponden al cambio climático que están teniendo grandes repercusiones en todo el mundo, incluido en nuestro país.
Las previsiones para España no son nada buenas y se estima que la gravedad de las sequías irá en aumento con el paso del tiempo.
Estas cuestiones suponen un reto para los agricultores que tienen que adaptarse a los nuevos tiempos.
En general, el cambio climático podría dificultar el cultivo del aceite, alterar la disponibilidad de alimentos, reducir el acceso a los mismos y afectar a su calidad.
En el caso del aceite de oliva puede ser un problema grande según qué zona sea donde se cultive.
Es importante tener en cuenta que los cambios en los patrones de precipitación pueden afectar a la limitación y disponibilidad de agua.
Dichas cuestiones pueden llegar a poner en peligro el rendimiento de una cosecha y de un sector tan importante como es la agricultura.
Para responder a la pregunta de cómo influye el clima en el aceite de oliva debemos hablar de la climaología y la zona de cultivo.
Como es de esperar el aceite de oliva reacciona, se ve afectado por la lluvia y el terreno, cuyo resultado final se puede ver en el aroma o sabor del aceite.
El grado de picante o suavidad puede variar de un terreno lluvioso a otro más soleado. Es posible que los aceites de una misma zona sean similares en sabor, aunque con notas y aromas un poquito diferentes.
Posiblemente, estas diferencias sean tan sutiles que sea difícil captarlas a menos que hagamos una cata de aceite.
¿Cómo afecta el terreno al aceite de oliva?
El aceite de oliva es la principal grasa presente en la Dieta Mediterránea. Esta alimento ha sido reconocida por la UNESCO como un patrimonio inmaterial de la humanidad mediante una relación de miles de años de historia.
Para cultivar esta grasa tan beneficiosa para la salud hay que tener en cuenta su lugar de cultivo. No son las mismas características de un terreno de clima suave que otro lluvioso.
Lo mismo pasa en zonas cercanas. Y es que sucede que en cultivos poco distanciados entre sí dan un aceite diferente en cada zona.
Incluso usando las mismas técnicas y variedad de oliva. Factores como el pH del suelo, los micronutrientes de la zona son diferentes de un lugar a otro.
Como resultado de estas cuestiones los aceites tienen notables diferencias que afectan a su sabor, aroma y color.
Es posible que muchas de estas diferencias no sean demasiado apreciables para el gran público en general, pero los productores son conscientes de ellas.
Una de ellas es el rendimiento, las cosechas no son igual de numerosas en Jaén que en Málaga por poner un par de ejemplos.
Esto no solo afecta a las necesidades de agua que requiere cada olivo, también influye en la recogida de la cosecha.
Por este motivo, en algunos lugares el envero o maduración de la aceituna sucede con unas semanas de diferencia. Por norma general, cuando más al este más temprana es la cosecha.
Así, en zonas como Huelva o Sevilla las cosechas de aceite temprano pueden comenzar a principios de noviembre.
En cambio, en el centro de Andalucía o Jaén el envero puede suceder entre diciembre y enero. Todo depende de cada productor, sus necesidades, la cosecha y otros factores.
Como habéis podido comprobar tanto el clima como el terreno son factores fundamentales que afectan de manera notable el resultado de una cosecha o cultivo.
Esperamos haberos aclarado cómo influye el clima en el aceite de oliva al igual que el tiempo con este artículo.
Deseamos que os haya gustado tanto este artículo, y es que a veces se nos olvida cómo es el procedimiento para recolectar aceite de oliva.
Finalmente, os invitamos a seguir leyendo el contenido de nuestro blog que actualizamos cada semana.